El desarrollo de la organización política

Desde un principio el hombre fué algo màs que un simple máquina
de superviviencia. Tenemos muestras primitivas de un arte en el que se
aliaban magia y religión. La vida era difícil y el medio hostil.
Las fuerzas desencadenadas de la naturaleza en forma de tormenteas, inundaciones y terremotos aterraban con su ciego poder, y el hombre, necesitado de seguridad y ayuda, se volvió hacia la figura del sacerdote. Éste era a la vez
médico, brujo, científico y hombre de estado, y con los de su casta atesoraba todo
el conocimiento humano. Templos y tumbas son las primeras muestras arquitectónicas de estas civilizaciones.



La concentración de habitantes en una zona exigía también una organización más perfecta. Todas las civilizaciones primitivas se desarrollaron en tierras cálidas, donde se practicaba la irrigación en el laboreo de la tierra. La minería es un proceso de compleja técnica que probablemente ha auspiciado un mayor número de invenciones del ser humano que cualquier otra actividad económica.
Todos estos progresos exigían una organización política que permitiera a los hombres reunirse para trabajar juntos. Los pueblos se convirtieron en ciudades y éstas en naciones.



Con el tiempo, las más poderosas se transformaron en imperios, y dominaron a otros conjuntos políticos menores. Estos grandes imperios crearon las maravillas del mundo antiguo. Su poder era absoluto, y la esclavitud era el signo normal de todos los derrotados en la guerra.
Sin embargo, todas estas civilizaciones dieron orígen a grandes religiones que utilizaron su poder y conocimientos para aliviar la barbarie del hombre en la guerra y enseñarle una forma de vida mejor que la del egoísmo y la rapiña.
Cuando la antorcha de la civilización pasó a Europa, se añadió una nueva dimensión a la capacidad de conocimiento de la Humanidad. El hombre medio no tenía valor como individualidad en Oriente, pero en Grecia adquirió su plena estatura y dignidad.
La idea de que todos los hombres, como tales, tienen un valor al nacer, fue obra de la democracia griega. Los romanos fueron los que establecieron el imperio de la ley. Aunque no faltaran la esclavitud y el sufrimiento, había nacido una cierta conciencia y un sentimiento de responsabilidad hacia los demás.